TRONO DEL NAZARENO DE SALUTACION
Autores: Manuel Toledano Vega (diseño y talla). José Manuel Ramos de Rivas (faroles y orfebrería). José Dueñas Rosales (esculturas y relieves).
Realización: 1991.
Materiales: Madera de caoba, terracota policromada y metal plateado y repujado.
Estilo: Neorrenacentista, con estructura rectangular, formado por un cajillo recto y con cuatro faroles en las esquinas.
Dimensiones: Largo: 4 m. Ancho: 2,10 m. Alto: 45 cm.
Iconografía: En las caras o paños se distribuyen espacios tallados con follajes de inspiración renacentista, centrados por tondos en los que se insertan atributos de la pasión en metal plateado junto a hornacinas con arcos de medio punto en los que se intercalan santos y arcángeles, así como seis capillas con escenas alusivas a las cofradías relacionadas con la Parroquia de San Felipe.
Encabezando el frente principal, la escena del Bautismo de Cristo, en recuerdo de la sede originaria de la Hermandad en la Iglesia de San Juan Bautista, seguidas de iconografías alusivas a las cofradías de la Pollinica, Sangre, Descendimiento, Servitas y Santa Cruz.
En las hornacinas se representan a los tres arcángeles y cinco santos relacionados con la hermandad, todos ellos representados con su iconografía característica y acompañados de su atributos; San Rafael –arrodillado y con un pez-, San Miguel –empuñando una espada contra el dragón que tiene a sus pies-, y San Gabriel –con una azucena en la mano-, así como San Francisco de Asís y San Agustín –con los ornamentos pontificales, un libro y una pluma-, cuyas fiestas corresponden a las fechas que se terminaron de redactar los Estatutos y que se aprobaron en Cabildo Extraordinario de Hermanos, respectivamente. Les acompañan San Felipe –portando un cáliz- como titular de la Sede Canónica, Santa Teresa –con pluma y libro- por ser las RR. MM. Carmelitas Descalzas madrinas de la bendición de las imágenes titulares y San Juan de Dios, al que se representa suplicante y acompañado de un niño, por el ejercicio de la caridad para con los enfermos y necesitados.
Los tondos circulares de orfebrería albergan relieves con motivos de la pasión de Cristo, como el cáliz, acompañado de uvas y pan, el monte de los olivos, bolsa de dinero, farol, gallo, columna y azotes, jarra, martillo y tenazas, cruz y escaleras y otros que representan el escudo de la hermandad y los anagramas JHS e INRI.
Nuevos motivos ornamentales conforman el cajillo del trono, como son las esbeltas columnas corintias cuyos fustes se adornan con guirnaldas que flanquean capillas y hornacinas, así como la cenefa de la parte superior con palmetas, finalmente rematado por la crestería de metal, así como el ostensorio que porta una espina de la corona de cristo, flanqueado por dos ángeles, que se dispone en el frente.
Completan el trono y le dan luz cuatro faroles de cuerpo hexagonal, con finos y elegantes adornos vegetales, que decoran cada uno de los lados del cuerpo superior.
TRONO DE Mª STMA DEL PATROCINIO
Trono procesional: (2016) En proceso de ejecución.
Diseño: Eloy Téllez Carrión (2007).
Madera: Francisco López Torrejón (2016-2017).
Orfebrería: Taller de Emilio Méndez.
Realizado en alpaca plateada. El cajillo tiene unas dimensiones de 2,30 de ancho, 3,64 de largo y 0,41 de altura.
El conjunto es un cumulo de alegorías a la Inmaculada Concepción de la Virgen, a las letanías del Santo Rosario y a la advocación de nuestra titular María Santísima del Patrocinio, Reina de los Cielos, sin olvidar nuestra vinculación con la Orden Carmelita, simbolizándose la pureza de María en todo el conjunto con artísticos paños cincelados flanqueados por jarras de azucenas, símbolo del escudo capitular de la catedral malagueña, además de ser la representación de la virginidad de la Virgen María, elegida por el Señor para ser la madre de Cristo, a quien se la adorna con esta bella y delicada flor, símbolo de la inocencia, pureza, gloria y majestuosidad, que se sitúan en las esquinas y, que se corresponde en su continuidad con el minucioso calado que sostienen las cartelas con importantes altorrelieves representando pasajes de las letanías del Santo Rosario.
En la capilla central del cajillo podemos contemplar la Adoración de los Reyes Magos, haciéndole ofrecimiento del oro, el incienso y la mirra, en ella se representa el protectorado de la Virgen en la Epifanía del Señor. Se tiene a María como receptáculo de Cristo, siendo Éste la estrella que iluminará todas las generaciones, interpretándose la pleitesía de los Reyes hacia Cristo y hacia la Virgen. En la parte inferior de la misma, se incrusta en la moldura, la estrella de oriente, guía de los Magos hacia Belén para adorar al Redentor. A ambos lados otras dos capillas de menor tamaño con arcángeles en su interior.
Devocionalmente lo más importante de este conjunto es la reliquia que corona la referida capilla, que enaltecida por ángeles querubines y elevada por un artístico ostensorio contiene una partícula del velo de la Virgen, siendo entregada a la Hermandad por Monseñor Giovanni Lanzafame en el año 1987 gracias a la gestión de nuestro hermano Carlos José Pardo Barranco. Solamente son tres las reliquias del velo de la Santísima Virgen que se procesionan en la Semana Santa andaluza, en la Hermandad del Silencio de Sevilla, en la Hermandad de la Reina de los Ángeles de Córdoba y en nuestra Corporación.
En la cartela de la izquierda se recrea la letanía Puerta del Cielo, donde se contempla cómo el profeta Elías es llevado sobre un carro de fuego hacia la gloria. Profeta que por nuestra vinculación Carmelita aparece en la escena. De Elías, los Carmelitas aprenden a oír la voz de Dios en el silencio y en lo imprevisible. Intentan estar siempre disponibles a la Palabra de Dios. Los primeros ermitaños del Carmelo construyeron en medio de sus celdas una capilla, dedicándola a la Bienaventurada Virgen María, implorando su protección. En las letanías lauretanas, a María se la denomina como Puerta del Cielo.
En la de la derecha se recrea la torre de David. María es comparada con esta torre, porque esta fue en la antigüedad el más bello ornamento de Jerusalén por su elevada altura y por la belleza de su estructura, que se construye por la humanidad para alcanzar la puerta del cielo. María es un edificio espiritual que después de Dios, en la celeste Sion, es lo más elevado por la bondad de sus virtudes, considerándose la grandeza de su dignidad y de los méritos preciosos de la que ella es poseedora, por la gloria de Dios y que goza en la gloria del cielo.
Se flanquean estas cartelas al igual que en todo el cajillo por dos águilas corpóreas, ave esta, que aparece en la representación de la imagen de San Juan Evangelista, y que acompaña en aptitud de consuelo, en la iconografía del paso procesional a nuestra amada titular.
Las cartelas que se ubican en los dos laterales del cajillo siguen el discurso iconográfico de las del frontal, continuando con las escenas de las letanías a la Santísima Virgen.
En la capilla del lateral izquierdo se representa la entrega por parte de los Reyes Católicos de la Virgen de la Victoria a los frailes Mínimos en 1487, evidenciando el patronazgo de la Madre de la Victoria, la advocación mariana bajo la que se acoge la ciudad de Málaga y el parentesco indiscutible de las hermandades penitenciales con la patrona, situándose el escudo de la ciudad a su pie.
En este lateral figuran cartelas con las letanías Reina de los Apóstoles, Reina asunta a los Cielos, Reina de los Confesores y Reina del Santísimo Rosario.
La Virgen del Carmen entregando el Escapulario a la Orden de los Carmelitas es la escena que aparece en el lateral derecho en su capilla central, referenciando el madrinazgo de la imagen por parte de la rama femenina de este colectivo religioso y la estación el Domingo de Ramos en el convento malacitano de la orden, situándose en al pie el escudo de la Orden Carmelita.
Las letanías Auxilio de los cristianos, Refugio de los pecadores, Reina de todos los Santos y Consoladora de los afligidos, son las que se presentan en este lateral.
En la trasera del cajillo en las mismas calidades de paños calados y cincelados, figuran cartelas con las letanías Espejo de justicia y Trono de sabiduría.
Barras de palio: Taller de Emilio Méndez (2016-2017). De base cilíndrica con aletones, se estructuran en siete cuerpos cada uno más la base y la macolla, conjugándose los tramos hexagonales con separaciones de nudetes cual tulipanes, otras de asas o de elementos gallonados con tramos poligonales y cuadrangulares.
Candelería: Manuel de los Ríos Navarro (1986). Metal plateado. Se ajustan a los modelos creados en el siglo XVII, siguiendo el formato habitual de estas piezas. Están formados por un pie triangular, con ornamentación vegetal, el vástago o cuerpo central con distintas molduras cóncavas y convexas y el plato con portavelas.
Peana: Diseño de Antonio J. Dubé de Luque (1985). Realización Manuel de los Ríos Navarro (1986). Restaurada por Emilio Méndez (2017). Metal plateado con algunos toques dorados. De planta rectangular, con las esquinas ochavadas y perfil abocelado cuentan con una decoración compuesta de hojas de acanto y motivos vegetales y florales entrelazados con rocalla, rodeando tondos y cartelas ovaladas con bustos de San Pedro y San Pablo, cabezas de la Iglesia, e inscripciones referentes a la Virgen centran cada una de las caras, disponiéndose en el frontal el escudo de la Hermandad.
Ánforas: Diseño: Antonio J. Dubé de Luque (1985). Realización: Manuel de los Ríos Navarro (1986). Restauración de Emilio Méndez (2017). Material: Metal cincelado y plateado. El cuerpo central se encuentra ornado con angelotes, motivos vegetales, rocalla y tornapuntas, sostenido sobre un basamento mixtilíneo, transformándose las típicas asas en dos cuerpos cilíndricos representando cetros de realeza.
Bordados: María Felicitación Gaviero Galisteo (2017). Confección manto, palio y estandarte de la Virgen, con pintura de Conchi Quesada Ruiz.